domingo, 18 de noviembre de 2007

Piden una moratoria en la aplicación de la vacuna contra el cáncer de cuello uterino

http://www.diariovasco.com/20071117/al-dia-local/piden-moratoria-aplicacion-vacuna-20071117.html

SAN SEBASTIÁN. DV.
Dentro de unos días, las niñas vascas de 12 y 13 años comenzarán a recibir la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), principal causante del cáncer de cuello de útero. Esta campaña se repetirá con mayor o menor celeridad en todas las comunidades, que han decidido incluir estas dosis -se administran tres a cada joven- en el calendario vacunal. Buena parte de la comunidad científica ha aplaudido esta decisión.

No en vano, siete sociedades científicas españolas (Ginecología, Oncología Médica, Pediatría etcétera) y la Asociación contra el Cáncer venían defendiendo la eficacia y necesidad de la vacuna. Sin embargo, también se han alzado voces que hablan de una decisión «precipitada» y reclaman abrir un periodo de reflexión, lo que ha suscitado un debate entre la clase médica que ha llegado hasta el Congreso, donde Izquierda Unida e Iniciativa per Catalunya Verds (IU-ICV) pidió ayer que el Gobierno establezca una moratoria. (...)

Este grupo ha solicitado al Ministerio de Sanidad y a las consejerías de Salud una moratoria en la aplicación de la vacuna, argumentando que «su utilidad no está aún demostrada, los altos costes que supone para los sistemas públicos de Salud y la baja prevalencia de la enfermedad», por lo que reclaman «que se acumule más evidencia científica» antes de iniciar la vacunación.

Carlos Álvarez-Dardet, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Alicante y director de la publicación Journal of Epidemology and Community Health, es una de las cabezas visibles de esta plataforma. Opina que, de momento, «se ha vendido humo, porque los ensayos sobre la vacuna no han podido ver su efecto en la prevención del cáncer, ya que éste tarda mucho en desarrollarse». La infección por el virus del papiloma humano es de transmisión sexual, asintomática y en el 80-90% de los casos se cura de forma espontánea, si bien hay ocasiones en las que se cronifica, por lo que puede causar lesiones precancerosas. Si éstas no son debidamente tratadas, en varias décadas pueden derivar en un cáncer del cuello de útero.

«El ensayo que más tiempo de seguimiento ha tenido hasta ahora ha sido de seis años. Dado que el cáncer que pretende prevenir tarda 30 o más años en desarrollarse tras infectarse del virus, la brevedad de los ensayos es obvia. Sí se ha visto que previene la transmisión del virus en los cuatro tipos que contiene la vacuna -existen cerca de cien tipos de virus-, pero como hace falta también tiempo para que derive en cáncer, puede pasar de todo: que haga falta una dosis de recuerdo, que otro virus ocupe ese nicho...», dice Álvarez-Dardet.

El coste de la vacuna en relación a la baja incidencia de la enfermad es otro de los principales argumentos de quienes reclaman una moratoria. Osakidetza, por ejemplo, ha comprado 30.000 dosis por un coste de 3,5 millones de euros y tiene previsto vacunar cada año a unas 9.000 escolares. Ya que se precisan tres dosis por joven, cada vacuna completa sale a 350 euros. (...)

La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria también considera «precipitada» la decisión de incluirla en el calendario vacunal y cree que es preciso seguir investigando. En una carta remitida al Ministerio y a las Consejerías de Sanidad recuerda, entre otros puntos, que la incidencia y mortalidad del cáncer de cérvix «es baja» en España, que la vacuna no es terapéutica, que «no se conoce la efectividad real, ni la duración de la inmunidad», que «no se dispone de datos de seguridad a largo plazo» y que «la vacunación no sustituye la necesidad de seguir realizando cribado en mujeres vacunadas y no vacunadas».

Koldo Martínez Urionabarrenetxea es médico intensivista en el Hospital de Navarra y explica que con un programa de screening efectivo (lo que en la calle se conoce como citología o Papanicolau) entre las mujeres, se pueden diagnosticar lesiones precancerosas y tratarlas debidamente para evitar que progresen a cáncer. «En nuestro medio no hay epidemia de cáncer de cérvix. Además, este cáncer presenta un curso progresivo y lento que puede ser detenido en varios momentos, por lo que las muertes a él debidas deben ser consideradas como un fallo del sistema de salud», dice. (...) En este sentido, Álvarez-Dardet dice que «lo sensato» sería invertir una décima parte de lo que cuestan estas vacunas «en mejorar los sistemas de cribado y citología en mujeres».(...)

Para estos profesionales, el empeño de la industria farmacéutica ha sido extraordinario a la hora de promocionar esta vacuna, así como la carrera que han protagonizado las comunidades «para ser los primeros en administrarla».

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